Durante la
lectura de Mal de Escuela y posteriormente fueron muchas las sucesiones de
recuerdos que me venían a la cabeza de mi etapa escolar, muchos zoquetes, muchos profesores que
intentaban ayudarlos y muchos otros los cuales pasaban de ellos y incluso les
minaban la moral. No obstante eso lo más curioso es que también
se me vino a la cabeza un entrenador que tuve. Este entrenador lo tuve hace 5 años
cuando vivía en Barcelona, para mi sinceramente me ayudo mucho en mi
mejora personal tanto táctica como técnica, a mi y a sus otros 7 elegidos.
Este entrenador tenia el particular defecto que solo contaba con 8 jugadores,
aunque en el equipo éramos 12, el solo confiaba en esos 8 jugadores los otros
para él
no le servían, los menospreciaba, les hacia la vida imposible, por
mucho que se esforzarán que mejorarán él no confiaba en ellos en ningún
momento.
Uno de esos
4 jugadores fue mi compañero de habitación. Era un chico bueno técnicamente
pero le costaba mucho los aspectos tácticos del juego. Esto provoco que el
nombrado entrenador lo relegará al ostracismo des de el primer día.
No lo soportaba se ponía nervioso con él, le decía que no servía,
que no podría dedicarse a esto nunca y que con él nunca jugaría.
Esta actitud del entrenador fue la que me recuerda a esos tipos de profesores
los cuales no buscan la manera de que sus alumnos aprendan y dejen atrás
su zoqueteria.
Todo cambio
para mi compañero con el cese del entrenador a mitad de temporada debido a
malos resultados. Llegó un entrenador nuevo con nuevos métodos de trabajo,
con muchas ganas de trabajar y hacerlo bien. Poco a poco vimos que era
completamente diferente a lo que a habíamos conocido esa temporada, sobretodo
para los chicos que no jugaba. El nuevo entrenador nos dio confianza a todos,
charlaba con nosotros, nos explicaba las cosas a cada persona como cada uno lo
necesitaba, es decir, buscaba el método idóneo para sacarnos de nuestra zoquetería
colectiva ,donde se encontraba la mayor parte del equipo, utilizando con cada
jugador una forma diferente. Este entrenador me recuerda en el libro al
profesor de filosofía, al de matemáticas... Ese profesor el cual se
preocupa de buscar soluciones para sus alumnos zoquetes, en este caso, para sus jugadores zoquetes.
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